Los glóbulos rojos, hematíes o eritrocitos son unos componentes sanguíneos con forma de discos bicóncavos (como una esfera hueca) compuestos de hemoglobina, una sustancia rica en hierro que le da a la sangre su color rojo característico.
Su función es transportar el oxígeno, al unirse a la hemoglobina, desde los pulmones a todas partes del cuerpo, ya que por su tamaño, forma y flexibilidad se pueden introducir entre pequeños espacios.
El producto de desecho de este proceso es el dióxido de carbono, que los glóbulos rojos transportan desde los distintos tejidos hacia los pulmones. Cuando el número de glóbulos rojos es demasiado bajo (anemia), la sangre transporta menos oxígeno, lo que causa cansancio y debilidad. En cambio, cuando es demasiado elevado (eritrocitosis, como en la policitemia verdadera), la sangre puede volverse muy espesa, lo cual hace más fácil su coagulación y aumenta el riesgo de padecer un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular.
Son las más numerosas de la sangre, su vida media es de 120 días (4 meses) y, una vez llegados a su fin, se eliminan por el hígado y el bazo.
El recuento normal de glóbulos rojos es de 4,5 a 6 millones por milímetro cúbico para los hombres y de 4 a 5,5 millones por milímetro cúbico para las mujeres.
Más información en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario