Podemos encontrar músculo liso en la pared de los vasos sanguíneos, en grandes conductos glandulares, en las vías respiratorias y en la piel.
Las células del músculo liso también se denominan leiomiocitos. Su tamaño varía con su localización y se caracterizan por tener un único núcleo con varios nucleolos.
Las distintas células musculares lisas se encuentran conectadas entre sí a través de uniones de intersticio, regulando así las contracciones de la capa completa de músculo.
Dentro de estas mismas células encontramos dos subtipos atendiendo a la especificidad de las células: las multiunitarias (se contraen de forma independiente) y unitarias (no se contraen de forma espontánea ni independiente).
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